Cómo pasar de idea a producto: generar un MVP
Antes de poner en marcha la idea de un nuevo proyecto, una marca, un producto, un negocio, lo ideal es hacer un MVP (Producto Mínimo Viable) es un paso clave para sacar cualquier proyecto adelante.
En el escenario de las startups, esta estrategia de generación de MVP permite a las empresas lanzar sus productos con el mínimo esfuerzo y desarrollo para probar hipótesis y evaluar el mercado y la viabilidad de lanzamiento para un determinado público mayor.
¿Cómo definir un MVP?
Como definición el Mínimo Producto Viable o MVP es un prototipo del producto o servicio que quieres lanzar, con unas funciones mínimas que te permitan presentarlo a tus clientes potenciales y comprobar su interés por el mismo.
Es, por tanto, una versión parcial que te sirve para recopilar información relevante sobre el diseño y grado de aceptación.
Son tres principales características que se deben cumplir para desarrollar un producto mínimo viable:
- Posee valor para ser utilizado de forma inmediata por las personas.
- Logra atraer usuarios, aun en su fase inicial.
- Permite al productor analizar los feedbacks que ayuden en la realización del producto final.
La misión del MVP es validar que el nicho de mercado que pretendes cubrir y tu cliente potencial quiere o no tu solución.
Si te fijas hay dos variables: lo que ofreces y lo que ven en ti.
De nada vale una gran idea si tu consumidor no lo quiere o no lo valida. De ahí la importancia del MVP.
En definitiva, el objetivo del MVP es: validar que tu hipótesis es la correcta en un mercado bien definido.
¿Cómo diseñar un MVP?
A la hora de diseñar el MVP tienes que tener en cuenta su propia estructura, es decir:
- Producto: el lugar de interacción entre tu oferta y el usuario.
- Mínimo: con los recursos que dispones que eres capaz de desarrollar.
- Viable: viabilidad de tu producto por parte del cliente. ¿Realmente has conseguido clientes?
Desde el inicio de cualquier proyecto debes tener en cuenta que la aportación de valor es clave para salir adelante con cualquier idea.
Pasos para generar un MVP
Estudio de mercado
Antes de ejecutar una idea de negocio, asegúrate siempre de que satisface las necesidades de los usuarios objetivos.
Asegúrate de realizar encuestas, porque cuanta más información sobre el comportamiento de los clientes recojas, mayores serán las posibilidades de éxito.
Evalúa y analiza lo que tus competidores ofrecen al público objetivo y cómo puedes hacer que tu idea sea única para atraer a los clientes.
Define a qué audiencia va dirigido
Para generar un MVP debes analizar las necesidades de tu cliente yendo más allá de sus características demográficas.
Comprender las preferencias y hábitos del consumidor te permitirá crear un producto o servicio con características y funcionalidades que aprecien.
Es muy importante en esta fase de la validación de mínimo producto viable, acotar tu mercado el máximo posible, porque estamos tratando de testar nuestra idea o producto, y si el mercado es muy grande, vas a necesitar muchos más recursos económicos y materiales.
Crea un prototipo del producto
Si es posible, desarrolla un prototipo del producto, o una apariencia del producto.
Aquí dependerá de si es un producto físico o un producto digital.
Por ejemplo, si es un producto digital, puedes hacer un tanteo de mercado sin tener el producto creado.
Imagínate que vas a lanzar un curso de X temática. Antes de desarrollar todo el curso, primero haz una preventa que con 10 euros hacen una reserva del curso, y además ofrece un descuento por ser los primeros en comprarlo.
Lo que estás consiguiendo con esto, es que todavía no has invertido en todo el desarrollo de tu producto, pero ya estás viendo si genera cierta atracción en el mercado, y esto por ejemplo con productos digitales, en muchos casos es muy interesante.
También se puede hacer con productos físicos, en vez de hacer una gran producción, se puede hacer alguna versión más económica o producir los mínimos productos imprescindibles para hacer la validación, para un primer acercamiento con algún prototipo como demostración pero sin tener el producto final.
Lánzalo al mercado
Una vez tienes completado el paso anterior, puedes ver de primera mano si realmente hay cierta tracción o no lanzándolo al mercado. Si no ves tracción puede que a lo mejor no sea una buena idea.
En el momento que ves que el producto tracciona bien, ahí ya tiene sentido seguir hacia adelante.
Una vez que ya tienes ese primer prototipo, empieza a lanzarlo al mercado para testarlo con gente que no conoces.
Lo mejor para esta parte es la publicidad digital en Google o en redes sociales como Facebook o Instagram.
Aquí no es suficiente con subir contenido en redes sociales, porque no tienes alcance, y el alcance que tienes además no va a estar segmentado.
En este caso, la única manera de poder llegar rápido, y de manera concisa a quien queremos, es con publicidad digital pagada.
Define un presupuesto
El presupuesto varía, según el proyecto, desde unos 500 euros hasta 50.000 euros. Es importante invertir en publicidad y llegar a tu público objetivo desde el inicio. Considera obtener recursos a través de rondas de inversión, préstamos o ahorros personales.
Crea el producto final
Una vez que está testado el producto o la idea, vemos que a la gente le está gustando, que la gente comienza a comprarlo, y puede que ya tengas algunos consumidores recurrentes, una demanda real.
Por tanto, es momento de ir perfeccionando el producto, según el feedback y la experiencia del cliente, empezar a crear ese producto final si no lo tenías creado, para dar el siguiente paso.
Acelera el crecimiento
El siguiente paso es acelerar el crecimiento, escalar para que llegue a más personas, y si puedes expandirte en otros países o determinar en qué parte de tu equipo quieres crecer.
Y aquí ya es donde vamos a entrar mucho más de lleno en acciones de marketing y comunicación, para continuamente estar testeando tu producto, el target y público al que llegas y buscando las formas de optimizar todo tu modelo de negocio, para aumentar la producción, ventas, productos y crecimiento de tu startup.
No existe fórmula exacta para llegar al éxito. Para conseguirlo hay que trabajar con dedicación e inteligencia sin dejar de persistir por muy malo que sea el panorama, sobre todo en proyectos que iniciamos desde cero.
Siempre podremos guiarnos de experiencias de otros e implementar estrategias que permitan minimizar los riesgos.